Del mismo modo que no todas las personas somos iguales, todos los planes alimenticios no valen para las mismas personas. Por eso, la elaboración de una dieta tiene que ajustarse totalmente a las necesidades del paciente y para ello, antes de entregar dichos planes nutricionales, me gusta hablar con los pacientes y tener una primera visita donde conoceré más a cerca de ti, en base a tus objetivos, gustos, horarios, etc. a modo de facilitarte lo máximo posible el nuevo estilo de vida que vas a adquirir.
Soy yo el que se tiene que preocupar por adecuarme a ti y no tú a la dieta. Por ello me preocupo mucho de empatizar con mis pacientes e intento que disfruten del mundo de la nutrición y borren la idea de que comer de forma saludable es una especie de castigo.